El conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, y el director general de Inmigración, Josep Maria Felip, se reunieron ayer con representantes de 40 asociaciones de inmigrantes de la Comunidad Valenciana, con el fin de informar sobre el proyecto del contrato de integración impulsado por la Generalitat. La «iniciativa», según Blasco, «garantiza la dignidad de las personas».

El conseller aseguró que el Gobierno valenciano «va a adoptar» este proyecto porque «tiene el respaldo de la mayoría de la Comunidad» y porque «respeta el marco constitucional». Añadió que la idea es «llevarlo a cabo con la colaboración del Gobierno de España».

Blasco consideró que «el camino está todavía por recorrer» y que, por esa razón, «estamos abiertos a todos desde la honestidad para que puedan pedirle a la Conselleria todo el asesoramiento pertinente». De hecho, para el titular de Inmigración y Ciudadanía ese «diálogo abierto enriquece esta decisión de sacar adelante el proyecto». Además, señaló que desde el Consell «no vamos a consentir que se restrinjan derechos a las personas».

No es «asimilación»

El conseller reiteró en diversas ocasiones que «no se trata de un compromiso obligatorio» y que el contrato de integración «no tiene carácter de asimilación». En esta línea, Blasco apuntó que la inmigración «es un fenómeno positivo», así como que «la prosperidad de la Comunidad se da en gran parte por la inmigración».

Manifestó que este contrato compromete a la Generalitat a «asegurar el derecho a la educación o a la sanidad a las personas más vulnerables, que suelen ser los inmigrantes». Este contrato pretende que los «nuevos valencianos», como calificó Felip a lo inmigrantes, se integren en la sociedad valenciana, «comprender la historia de nuestra Comunidad, aprender las dos lenguas oficiales y conocer nuestras instituciones», señaló el director general.

A la reunión, organizada a modo de tertulia, asistieron más de 40 representantes de diferentes asociaciones de inmigrantes en la Comunidad Valenciana, aunque sólo se expresaron públicamente una docena de ellos. Así, el presidente de la Asociación de los Negros Africanos de Valencia, Philippe Wobiwouo, aseguró alegrarse «mucho de la integración», porque «cuando se emigra de un lugar a otro, se necesita aprender la cultura del lugar de acogida».

En términos parecidos se expresó el representante de la Asociación española de Inmigración en la Comunidad, Germán Fernández, quien aseguró que la inmigración «es una realidad» y que, en este sentido, la Generalitat «nos propone un compromiso social». Para Fernández, el Consell «está abriéndonos las puertas» y que, por tanto, este proyecto de integración «no puede verse como una amenaza».

Entre los que se pronunciaron, destaca la intervención del presidente de la Comunidad Islámica de Valencia, Abdue Rahim, quien estima que este contrato «abre un diálogo fructífero en una sociedad multicultural».

A pesar de que más de 40 entidades que representan a diferentes inmigrantes mostraron públicamente su apoyo al contrato de integración, también hubo quien se totalmente en contra, como la Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos y Latinoamericanos Rumiñahui de Valencia. En su opinión, el contrato «es para dividir a los españoles de los inmigrantes».
Fuente: laverdad.es

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